La muerte entrevistada


Jesús Montiel.- José Mateos (Cádiz, 1963), proclamando un credo muy personal, lo deja claro desde el principio: «Creo en los hilos invisibles que enlazan a vivos y muertos». Esto significa que, al contrario de lo que se piensa, «somos seres fronterizos», es decir, que la habitual frontera entre el mundo de los vivos y el de los muertos no es tajante; casi se diría, por el contrario, que están diariamente entremezclados. Uno de los fantasmas con los que el autor se codea a lo largo del diario le revela lo sencillo es que atravesar esa frontera esquelética:  «Estamos sólo a un segundo de vosotros. Un segundo. Lo que tardan en cerrarse unos ojos, lo que vuestras manos tardan en abandonar el volante de un coche. Lo que tarda en caer un andamio. Un segundo».

Los fantasmas que desfilan en Un año en la otra vida no son espectros efectistas que vuelcan los vasos y ponen la carne de gallina. Son seres que ven y hablan a través de los vivos y que por tanto nos necesitan: «Si no nos dejáis sitio —dice otro— nos obligáis a gravitar en lo anónimo, sin punto fijo». Son, en realidad, un motivo que el autor escoge para charlar con ese instante obligatorio que a todos nos llegará. Porque lo que Mateos hace en este libro no es otra cosa que entrevistar a la muerte. Para hablar con ella, para interrogarla, recurre a distintos elementos que sirven a ese fin que se propone: uno frecuente es Luisa, una antigua novia recién fallecida con la que conversa en distintos puntos del relato; otro los familiares, amigos, profesores; fantasmas todos que se repiten y con los que el autor convive durante la páginas.  Y es que la muerte, dice, «no puede ser nunca una desaparición completa».

La muerte, aunque dolor, ausencia, podredumbre, es sobre todo un misterio. Y una lección. Y hasta un regalo: «Poder morir es el regalo más precioso que se nos ha concedido». La palabra misterio inunda este libro. Un misterio, nos dice, desatendido: «El misterio que nos rodea y que somos sólo nos encuentra disponibles en muy raros momentos». Porque Mateos lucha contra el hombre acostumbrado proponiendo el hombre asombrado. La vida —en ocasiones «un engranaje de condiciones y leyes inamovibles»— se presenta así como una lucha encarnizada por respirar el momento, ser consciente del milagro, quitar el polvo de la costumbre y volver a ser capaces de la sorpresa. La literatura, de este modo, es para el autor una herramienta que señala lo milagroso en lo frecuente: «Que lo habitual resulte insólito, en eso quizás resida parte de la tarea de la poesía». Porque, si uno afila bien la mirada, la novedad está a la vuelta de la esquina: «Basta fijarse un poco en cualquier cosa para sentir que todo es siempre más de lo que es». Los membrillos que le regala su madre, por ejemplo, no son sólo membrillos: hablan mucho, dicen cosas, iluminan la casa igual que bombillas. Es lo mismo que afirma Christian Bobin, quien inaugura este tipo de estructura narrativa, cuando afirma lo siguiente: «Las cosas nunca son sólo cosas».

Los libros de Mateos, lejos de doblegarse ante las exigencias del mercado, buscan la máxima literatura no sólo en la forma, que lo consigue, sino también en lo que atañe al contenido. Es así de sencillo: en este libro hay vida abundante porque el hombre que lo ha escrito tiene vida interior. Mateos, escribiendo este diario, ha entrado en «el reino vedado de los que no respiran» y sale ileso, nos regala su testimonio. Y cuando uno cierra el libro tiene el alma serena, se siente en paz consigo mismo, piensa en la muerte con menos sobresalto.

José Mateos, Un año en la otra vida. Pre-Textos, Valencia, 2015.







EL HOMBRE QUE SE INVENTÓ A SÍ MISMO

Que Bukowski perseguía una idealización catártica de una existencia gris y hasta patética queda avalado en que se convirtió a sí mismo en personaje literario: en (anti)héroe de... ficción. Henry Chinaski, alter ego del autor, protagoniza algunas de sus obras más reputadas, en cuyo odre vierte con desparpajo todos los atributos que él mismo no se atrevía a encarnar en la vida de todos los días. Se presentaba como adalid de los desarrapados, las prostitutas y los mendigos, pero él era millonario. En su libro sobre el autor de Factótum, Juan Corredor concluye con palabras que no dejan lugar a dudas: "Su afición a la marginalidad es impostada y está respaldada por una cuenta de ahorros". LEER MÁS


LA POESÍA COMO CELEBRACIÓN

El poeta Antonio Reinoso Lamela se pregunta: "¿Tiene que cantar siempre el poeta a una pérdida, a lo que le falta para estar completo, a lo que está a punto de llegar pero nunca se nos da totalmente? ¿Tiene que ser la gran poesía una elegía, un lamento, o por lo menos un canto a la ausencia, a lo que se nos escapa? Hay ejemplos de lo contrario. El mejor Jorge Guillén, el de Cántico, que hace de la poesía un canto a la vida perfecta, a la absoluta belleza de todo". LEER MÁS


LA ÚLTIMA METAMORFOSIS 
DE OSCAR WILDE

La carta que Oscar Wilde le escribe a Alfred Douglas desde la cárcel de Reading es más un breviario de espiritualidad más que una confesión, un sudario o una premonición biográfica. Aquí nos importa ahora su naturaleza de refutación de un equívoco, de patada a la superfluidad de cierto decadentismo de escaparate, más que su incidencia como punto de inflexión de un mito literario (y, como tal, condenado a la pequeñez de los manuales y de los fieles). El De profundis es un hito por lo que tiene de desafío de la tradición balsámica del arte: es, ante todo, un evangelio profano. LEER MÁS


JUAN RULFO : EL SILENCIO COMO OBRA DE ARTE

Tras publicar dos libros decisivos para la historia de la literatura hispanoamericana, Juan Rulfo amasó durante años su silencio. Lo trabajó como hacen los escultores con el mármol, la piedra o la madera. Lo trasladó a sus fotografías. Y así siguió trabajando su silencio hasta que llegó a ese punto en el cual el silencio se volvió algo impreciso como una luz que todo lo oscurece, pero ya Rulfo estaba en esa orilla donde nada importaba y donde el silencio fue a larga una obra de arte sólida en su fugacidad, una obra de arte que le robó tiempo a su escritura y a su vida. LEER MÁS


CONRAD Y EL SENTIDO DE LA AVENTURA

En una época como la nuestra, hombres del siglo XXI, que hemos despreciado (salvo contados casos) la dimensión existencial de la aventura, que se reduce en nuestros días a una parodia grosera en los llamados deportes de riesgo y los programas de las agencias de viajes organizados, volver a leer los relatos marineros (de entre los que destacan con fuerza La línea de sombra, Tifón o El corazón de las tinieblas) del escritor polaco, nacionalizado británico, Joseph Conrad significa recuperar una tesitura espiritual para la que, tal vez, ya hemos perdido toda esperanza. LEER MÁS


¿QUÉ SENTIDO TIENE LA LITERATURA?

Tal vez, la literatura es el único espacio donde las contradicciones no se crean ni se destruyen, sino que conviven y se transforman ante nuestros asustados ojos. La literatura es el deseo de nunca acabar. Pero, para llegar a este espacio indómito y fundacional, no basta con la pluma, la máquina de escribir o el ordenador personal; tampoco nos asegura el acceso a él una imaginación desgarrada, una habilidad técnica o un cierto compromiso con la tradición consolidada. No: para abarcar la raíz de la palabra y beber de las aguas de la inspiración original hay que dar un paso más allá. Pero... ¿hacia dónde? LEER MÁS


RILKE: PENSAR LO HONDO

Las Cartas a un joven poeta pueden ser consideradas un auténtico tratado de formación que, lejos de toda artificiosidad, acomete, en las diez misivas enviadas a F. Xaver Kappus, la tarea de tomarse en serio la vida, de hincar la existencia en lo profundo que constituye y nutre al ser humano. Cuando hoy las aristas del existir son permanentemente limadas, ocultadas y depreciadas, la lectura de este epistolario provoca ese vértigo del que habla la octava carta a propósito de algo que, en la actualidad, tampoco y tan poco queremos oír: “Estamos solos”. Gracias a ello descubriremos lo que el poeta llama “vida propia”, “nuestro destino”, que sólo puede develarse tras acceder a lo hondo pensado en su radicalidad… LEER MÁS


EL KIERKEGAARD MÁS BREVE

Contrario a los sistemas filosóficos establecidos en su época, principalmente el de Hegel, Kierkegaard pensaba que la razón que pretendían imponer perjudicaba a la creatividad y singularidad de la persona, por lo que optó por pronunciarse en sentido opuesto, enfrentándose a la dificultad y manteniendo vivo el espíritu a través de la ironía. Conocido como el «Sócrates del Norte», se servía de ésta, al igual que el filósofo de la antigua Grecia, como un arma contra el todo normativismo. Se acaba de publicar una nueva traducción de Diapsálmata donde podemos disfrutar del Kierkegaard más breve en unas páginas llenas de encanto y humor. LEER MÁS


LOS TRANQUILOS DIARIOS DE HANDKE

El escritor Peter Handke, reconocido propietario de una prosa esencialista que algunos han calificado de alambicada, es también un valioso autor de diarios. Dos libros son el testimonio: El peso del mundo (1979) y la Historia del lápiz (1982). Se trata de textos en propiedad infinitos, pues su responsable reconoce que "no pueden tener final". Escritos simultáneamente a los hechos narrados, son el "reportaje en directo de una conciencia": incluso podríamos decir que son los únicos libros de la historia literaria que no existen antes ni después de ellos mismos, y el hecho de que los podamos leer no es más que la confirmación de esta idea extraña, casi monstruosa. LEER MÁS


EL POETA Y EL ESPEJO DEL TIEMPO

Si Hölderlin aseguró que "lo que dura, lo fundan los poetas", es probable que Andrés Trapiello se conformase con una versión menos ambiciosa (o presuntuosa) de esta frase, tal vez: lo que dura, lo reflejan los poetas. Ante todo, porque lo captan, lo acogen y, sólo después de cerciorarse de su carácter genuino, cierto, lo vuelcan en un papel en versos fijos, pulidos y esplendorosos. ¿El poeta como un copista? Tampoco tan poco, pero casi que así. En Segunda oscuridad encontramos abundantes ejemplos de ello. LEER MÁS


ENTREVISTA A CLAUDIO MAGRIS

El reconocido autor de obras como El Danubio reflexiona en esta entrevista sobre los fundamentos de la cultura europea, cuyo núcleo fuerte es la apuesta por el individuo frente a la totalidad indistinta. El escritor apuesta por abrir esta tradición al diálogo con otras culturas, pero sin olvidar este rasgo distintivo, el cual la ha hecho atractiva a los ojos del mundo entero y la ha convertido en destino de peregrinación masiva. En cuanto a la reivindicación de otras voces sepultadas por el canon generalmente admitido, afirma que "hay que potenciar el descubrimiento de las minorías culturales­, sin caer en el culto de lo excéntrico que rechaza la cultura heredada por el simple hecho de haberse visto sostenida por el consenso". LEER MÁS


FIODOR DOSTOIEVSKI Y LA VOCACIÓN DE DESVÍO

En Memorias del subsuelo, el autor ruso cede la voz narrativa a una sombra pálida, fosforescen­te, que relata la teoría y la práctica de la infamia. Confinada en el gulag de su lucidez, infectada por el exceso de inteligencia ("ser demasiado consciente es una enfermedad"), la voz desgrana uno a uno todos los argumentos que refutan desde la raíz la Escatología del Bien que, antes y ahora, chantajea a los hombres desde el nacimiento: triunfa y serás feliz, vence y serás hombre. Pero, como el propio autor se pregunta, de una forma retórica: "¿No habrá en el mundo algo que sea, en efecto, más preciado para cada hombre que sus mejores beneficios?" LEER MÁS


TÉCNICAS DEL AURA

La depauperación de la obra de arte, disuelto su contenido de verdad y exiliada su función a fetiche inesencial de consumo masivo, configura  la situación histórica que describe Benjamin en un texto publicado en 1936, en pleno auge de los fascismos. En nuestros días, cuando ha concluido el programa de ocupación total de lo real por parte de la ciencia, las reflexio­nes de Walter Benjamin se antojan de gran actualidad. LEER MÁS

MÁS ALLÁ DE LA POSTMODERNIDAD

El filósofo Gonçal Mayos, profesor de la Universidad de Barcelona, afirma en este texto (que forma parte de su libro Macrofilosofía de la Modernidad) que en estos sombríos tiempos posmodernos, la necesidad de superar el nihilismo es hoy, sin duda, mayor que nunca antes. La Postmodernidad no será realmente post-Modernidad si no traspasa finalmente el nihilismo e inicia un nuevo comienzo antinihilista. Como ya escribía Nietzsche, "una filosofía experimental anticipa a modo de ensayo las posibilidades del nihilismo radical, sin que con ello se quiera decir que se limite a un no, a una negación, a una voluntad de negar". LEER MÁS

EL PARÍS ABSOLUTO DE CHARLES BAUDELAIRE

El París de Baudelaire es un territorio absoluto donde todo empieza y todo acaba, un grácil y eterno bucle que dibuja el itinerario donde los extremos se tocan, el cielo y el infierno, lo sublime del ideal y el tedio del spleen. París es el alfa y el omega de la metrópolis occidental, los extremos entre los que discurre el pensamiento y la palabra, la cabeza y la cola de una continuidad inseparable que seduce a la inteligencia para impedir que la abandone, la habitación doble que comunica el aquí-y-ahora del hombre con el nunca-y-jamás del  símbolo, la capital de un continente oscuro donde todo parece posible porque nada es como parece, sino puede que todo lo contrario. LEER MÁS


THOMAS WOLFE: RETRATO DEL ESCRITOR FLUVIAL

El escritor fluvial es, a diferencia del escritor insular, un titán que se empeña en golpear los tobillos de Zeus a pesar de yacer en el suelo con los brazos destrozados. Poseído por una furia escritora que se asemeja, en ciertos momentos, a la pura escritura automática, Thomas Wolfe constata que su problema no es otro que la "falta de proporción" de su propio cometido. En efecto, al escritor le ha sido franqueado el paso a un reino indómito donde las palabras se le mostraban desnudas y todas a un tiempo; pero, de nuevo en la tierra, en el tiempo de los hombres, vuelve a ser un simple mortal, el traductor de vuelo corto de un texto ilegible que permanece en la memoria, pudriéndose al contacto del mundo, de las editoriales y los premios literarios. LEER MÁS


 El Aforista


ENTREVISTA A NATALIA LITVINOVA

"La poesía no me pregunta cuándo ni cómo. Muchas veces es inoportuna y brota con una forma que no sé controlar y tampoco quisiera controlarla. Luego viene el trabajo exhaustivo de corrección, de pulido y tallado, como los artesanos con sus artesanías". Dueña de una voz madura y propia; creadora de atmósfera magnéticas y seductiva; bella, joven, culta, leída y vivida... Natalia Litvinova llega a España. Tras demostrar, en sus poemas y traducciones de poetas rusos, que posee lo que hay que poseer para hablar como hay que hablar, y dejarlo por escrito, publica Esteparia, el primero de sus libros que el lector español podrá adquirir. LEER MÁS


EL FUTURO DE LOS LIBROS

El libro en papel es un objeto que tú adquieres y atesoras, que comparte  contigo la cama, los días buenos y te hace menos infeliz en los malos. Es un amigo siempre a mano, lleno de notas que te recuerdan lo que pensabas hace veinte años. En cambio, es algo que habría que ir olvidando, como olvidamos los coches tirados por caballos y como también tendremos que ir olvidando el concepto de soberanía. Si por mí fuera, trataría de impedirlo; pero sería inútil. El hombre es presa de las llamadas nuevas tecnologías, que barren con todo lo concebido a escala humana. Es el mundo que viene, que ojalá no sea el de Terminator. LEER MÁS


ENTREVISTA A REYNALDO LUGO

Reynaldo Lugo, escritor cubano afincado en España, tiene su biografía ornada de peripecias: veterano de la guerra de Angola, en la que participó como oficial del ejército de su país; realizador de programas televisivos; director de revistas de temáticas diversas; periodista, bloguero, pero, sobre todo, novelista, autor de varios títulos y, sobre todo, de Palmeras de sangre, con la que obtuvo un notable éxito en España. Ha recibido recientemente un premio en la Semana Negra de Gijón y trabaja sin cesar en sus nuevos proyectos, con los que, de nuevo, espera sorprender al lector con su prosa ágil y sus tramas sólidas y bien trabadas. LEER MÁS

¿QUÉ FUE DEL PENSAMIENTO DÉBIL?
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Todo el mundo cree saber lo que quiere decir cuando acusa a alguien de débil: significa tanto como descartarlo de la circulación por pusilánime, abúlico, falto de carácter y, en definitiva, incapaz de regirse por sí mismo. Por ello, la publicación de un libro de filosofía que se llamaba a sí mismo así, débil (Il pensiero debole, Feltrinelli, 1983, traducción española en Cátedra, 1988) no dejó de causar cierto revuelo entre los círculos más inquietos del pensamiento europeo. Aún más, si cabe, al comprobar que entre los colaboradores del volumen se encontraban autores tan poco sospechosos de incapacidad como el semiólogo y novelista Umberto Eco, el historiador del pensamiento y la estética Gianni Vattimo y el especialista en lenguajes articiales y filosofía del lenguaje Diego Marconi. Pero todo tenía su explicación. LEER MÁS

LA CONDICIÓN JÁNICA DE LA MODERNIDAD 

La Modernidad no se agota en el cumplimiento del programa ilustrado de conquista del mundo por la razón, aunque bien es cierto que ésta es su inquietud más visible. Por el contrario, aquello que le es de algún modo consustancial consiste precisa­mente en la imposibilidad efectiva de su consumación (y la noción de progreso es la coartada que pospone la clausura del proceso al infinito). Imaginemos entonces que la esencia de la Modernidad consista, no en la iluminación de las causas de lo real, sino en su escisión autoproducida: que la constitución de sus objetos indujera igualmente la nulidad de sus propósitos conquistadores en forma de antagonismo indisoluble. En tal caso, la Modernidad deviene la apertura del pensamiento a la oscilación de los conceptos (todo-nada, universal-particular, racional-irracional), de manera que todo incremento de la determinación lo es también de la atracción por lo indeterminado, la constatación de un fondo impreciso que se sustrae al cálculo. LEER MÁS


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